La nutrición enteral consiste en la administración de fórmulas nutricionales directamente al tracto gastrointestinal a través de sondas. Existen distintos tipos de sondas, como la nasogástrica, nasoentérica, gastrostomía o yeyunostomía, según las necesidades clínicas de cada paciente.
Este tipo de alimentación permite un control preciso del volumen, la frecuencia y la composición de los nutrientes administrados, asegurando el aporte de proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales adecuados.
Para garantizar que la nutrición enteral sea segura y efectiva, es fundamental seguir ciertos cuidados básicos:
Higiene y manejo de la sonda
La limpieza es clave para prevenir infecciones. Antes de manipular la sonda o administrar la fórmula, siempre es necesario lavarse bien las manos. Además, es recomendable limpiar la zona de inserción de la sonda según las indicaciones médicas y cambiar los sistemas de administración siguiendo las recomendaciones del fabricante.
Posición del paciente
Durante la administración de la fórmula, el paciente debe estar semisentado, en un ángulo de entre 30 y 45 grados. Esta posición ayuda a prevenir el reflujo y la aspiración, dos de las complicaciones más comunes en la nutrición enteral.
Control de la velocidad de infusión
La velocidad de administración debe ser controlada para evitar molestias digestivas, vómitos o diarrea. En muchos casos, se utilizan bombas de infusión que permiten un flujo continuo y ajustado a las necesidades de cada paciente.
Elección de la fórmula adecuada
No todas las fórmulas de nutrición enteral son iguales. Existen distintas composiciones según el requerimiento nutricional, la enfermedad de base y la tolerancia digestiva del paciente. Algunas están diseñadas para pacientes diabéticos, otras para personas con insuficiencia renal o hepática, y también hay fórmulas especiales para pacientes oncológicos o críticos.
Es fundamental que la elección de la fórmula esté supervisada por un profesional de la salud, que determinará cuál es la más adecuada en cada caso.
Hidratación
Además de la nutrición, es necesario asegurar una correcta hidratación. En algunos casos, el aporte de líquidos también se realiza a través de la sonda, bajo control médico.
Monitoreo médico permanente
El estado nutricional del paciente debe ser evaluado regularmente. El equipo de salud realizará controles de peso, exámenes de laboratorio y seguimiento clínico para ajustar la pauta de alimentación enteral cuando sea necesario.
Almacenamiento y manipulación de las fórmulas
Las fórmulas de nutrición enteral deben almacenarse en un lugar limpio, fresco y seco. Una vez abiertas, generalmente deben conservarse en refrigeración y utilizarse en el plazo recomendado por el fabricante para evitar la contaminación.
Aunque la nutrición enteral por sonda es segura, pueden presentarse algunas complicaciones si no se manejan correctamente los cuidados:
Ante cualquier síntoma o complicación, siempre se debe consultar al equipo de salud que sigue al paciente.
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